DANI PEDROSA DETECTA EL PROBLEMA QUE AúN TIENE MARC MáRQUEZ CON LA DUCATI

Si hay algo que valoran los aficionados al Mundial de Motociclismo que siguen las retransmisiones de DAZN es la aportación de lo que en esta plataforma se conoce como 'talents', es decir, los tres expilotos que se dedican a comentar cada fin de semana. Desde el circuito, con una visión directa, Pol Espargaró, que el año pasado compartía pista con la mayoría de los actuales pilotos de MotoGP; y desde la cabina un tricampeón de la categoría como Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa, alguien que siempre ha destacado por su sensibilidad sobre una moto.

Y esa cualidad, que hace que sea muy valorado en KTM en su papel de piloto de pruebas, le permite fijarse en detalles que muchas veces se escapan a los ojos de los 'humanos'. Uno en concreto fue en el que se centró en el pasado Gran Premio de Alemania, y que pudo comentar con su protagonista tras la disputa del sprint. Uno que revela un problema que aún tiene Marc Márquez con la Ducati, pese a que cada fin de semana esté peleando por los puestos delanteros y a que la marca italiana se haya decantado por él como piloto oficial para 2025/2026 como compañero de Pecco Bagnaia.

Entre otras cosas, de Márquez han destacado en Ducati, sobre todo su máximo responsable, Gigi Dall'Igna, lo que están entendiendo en los datos, en lo que se conoce como la telemetría, lo que el ordenador de a bordo de su moto explica sobre su manera de pilotar y el potencial que en esto se ve. Pero pese a todo lo positivo, Pedrosa se percató de un aspecto que el 93 no ha terminado de solventar, y que va muy relacionado con que todavía no se sienta al cien por cien confiado para explotar su GP23 a una vuelta lanzada, con las maniobras de adelantamiento, y con algunas caídas.

«En las últimas carreras he ido viendo que eres capaz de adelantar pilotos en la frenada, sobre todo entrando en ese último momento en el ápice de la curva, pero al final, en comparación con la Honda, se ve como que no consigues parar la moto como te gustaría en la última parte de la curva, y siempre acabas alargando un poco (la trazada) y dejando ese hueco para que te vuelvan a colar la moto en la salida…», opinaba Pedrosa a modo de pregunta al que fue su compañero de equipo en el Repsol Honda desde 2013 hasta que decidió retirarse de la competición. La frenada, por otra parte, el gran punto fuerte de Bagnaia con esta moto.

«Sí, es uno de los puntos que va relacionado también con la vuelta rápida», reconocía Márquez que, pese a confesar esta pequeña debilidad, ha demostrado en los últimos grandes premios una mucho mayor capacidad de conseguir un buen tiempo en los momentos claves del viernes y el sábado, los que conforman la parrilla de salida, precisamente una de las cosas que ya había dicho que más le estaban costando, lo que, por ejemplo, le obligó a tener que hacer dos inmensas remontadas en Le Mans, tras salir decimotercero. Porque en ese instante de máxima tensión es cuando le salía lo que llevaba innato tras once años con el prototipo japonés.

«Justo en ese punto hay un ligero empuje de la rueda trasera a la delantera, donde la Ducati tiene mucho grip, y he estado en toda mi carrera deportiva acostumbrado a que ahí justo en ese punto es donde teníamos menos grip y la podías parar derrapando». La Honda, que es con la que establecía la comparación, tenía poco agarre atrás, así que eso hacía que Márquez jugase con la derrapada para colocar la moto en la curva.

«Con la Ducati intentando eso me he caído varias veces de la parte delantera, y es lo que me está costando en el giro en vuelta rápida con neumáticos nuevos, ese empuje delantero, y cuando adelanto a otros pilotos voy con un extra de precaución en esa última parte, y si tengo que alargar un poco la trazada, lo hago».

Que es lo que se ha visto en muchos momentos en carrera, en concreto en Alemania: Márquez aprovecha la frenada, gana la posición y mete la moto, aunque luego tiende a abrir la trazada dejando ese espacio del que le hablaba Pedrosa. Un comentario que refleja la capacidad de éste para dar con la tecla de esos pequeños detalles en los que él siempre se ha fijado (sus técnicos siempre han admirado que sea capaz de notar cualquier mínimo cambio en sus motos), y un punto débil del que ahora mismo es tercero en la general de MotoGP y que invita a imaginar cuál puede ser el potencial una vez lo resuelva. Ese potencial que ha visto Dall'Igna para apostar por él.

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