LOS METEORITOS AMENAZAN LAS MISIONES A MARTE: CADA DíA CAE UNO DEL TAMAñO DE UNA PELOTA DE BALONCESTO QUE DEJA UN CRáTER DE OCHO METROS

Los martemotos generados por impactos son cinco veces más abundantes de lo que se pensaba por culpa de su frágil atmósfera y la proximidad al cinturón de asteroides.

Aproximadamente 17.000 meteoritos caen a la Tierra cada año, pero a menos que crucen el cielo nocturno, rara vez nos enteramos. La mayor parte de los meteoritos se desintegran nada más entrar en la atmósfera terrestre pero, en Marte, la atmósfera es 100 veces más delgada, lo que deja su superficie expuesta a impactos más grandes y frecuentes, que pueden ser devastadores para futuras misiones.

Un equipo internacional de investigadores, codirigido por la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich y el Imperial College de Londres ha obtenido la primera estimación de cuántos impactos recibe Marte, utilizando por primera vez datos sísmicos de su superficie, en vez de imágenes satelitales, como se ha hecho hasta ahora. El resultado, que acaba de publicarse en Nature Astronomy, es que entre 280 y 360 meteoritos del tamaño de una pelota de baloncesto golpean el planeta cada año, causando un cráter que equivale a 30 veces su tamaño.

Utilizando datos del sismómetro desplegado durante la misión InSight de la NASA a Marte, los investigadores descubrieron que varios eventos sísmicos registrados en las proximidades de la estación procedían de impactos meteóricos, incluidos los impactos pequeños, que producen cráteres de apenas unos pocos metros de diámetro.

Los martemotos provocados por meteoritos ocurren mucho más rápido que los tectónicos. Mientras que uno normal, de magnitud 3, en Marte dura varios segundos, un evento generado por un impacto tarda sólo 0,2 segundos o menos, debido a la hipervelocidad de la colisión. Al analizar los espectros de los martemotos, se identificaron otros 80 que ahora se sabe que fueron causados por meteoritos. "Escuchar los impactos es más efectivo que buscarlos si queremos entender con qué frecuencia ocurren", apunta el profesor Gareth Collins, del Departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College de Londres, y coautor del estudio.

Hasta ahora, para calcular el impacto de los meteoritos en Marte, los científicos se habían basado en imágenes y modelos orbitales inferidos del impacto de meteoritos en la Luna. Sin embargo, extrapolar estas estimaciones a Marte resultaba arriesgado, debido a la mayor atracción gravitacional del planeta rojo, y su proximidad al cinturón de asteroides del Sistema Solar. Las frecuentes tormentas de arena de Marte también impedían conservar los cráteres tan bien como en la Luna, de ahí que las imágenes orbitales hayan estado dando resultados cinco veces inferiores al impacto real de meteoritos.

Los nuevos datos apuntan que casi todos los días aparece un cráter de ocho metros en algún lugar de la superficie de Marte. Y que un cráter de 30 metros aparece aproximadamente una vez al mes. Dado que los impactos a hipervelocidad causan zonas de explosión que son unas 100 veces más grandes en diámetro que el cráter, conocer su frecuencia es clave ahora mismo para determinar la seguridad de futuras misiones, tanto humanas como robóticas, al planeta rojo.

Cuando un meteorito golpea el planeta, las ondas sísmicas del impacto viajan a través de la corteza y el manto, y pueden ser captadas por los sismómetros. La frecuencia de estos martemotos, detectados por el sismómetro de InSight, un instrumento capaz de medir los más mínimos movimientos del suelo, es lo que ha permitido resolver que las estimaciones anteriores basadas en imágenes satelitales de la superficie de Marte distaban considerablemente de la realidad.

"Aunque los cráteres nuevos se pueden ver mejor en terrenos llanos y polvorientos, este tipo de terreno representa menos de la mitad de la superficie de Marte. Sin embargo, el sismómetro InSight es tan sensible que pudo escuchar cada uno de los impactos dentro del alcance de los módulos de aterrizaje", apunta Geraldine Zenhaeusern, codirectora del estudio.

Al igual que las líneas y arrugas de nuestra cara, el tamaño y la densidad de los cráteres de los meteoritos dan pistas sobre la edad de diferentes regiones de un cuerpo planetario. Cuantos menos cráteres, más joven es la región. Venus, por ejemplo, casi no tiene cráteres visibles, porque su superficie está siendo continuamente remodelada por el vulcanismo, mientras que Mercurio y la Luna están llenos.

"Al utilizar datos sísmicos para comprender mejor con qué frecuencia los meteoritos golpean Marte, y cómo estos cambian su superficie, podemos reconstruir una cronología de la historia geológica y la evolución del planeta rojo. Podría considerarse una especie de reloj cósmico que nos ayudará a datar las superficies marcianas y tal vez, más adelante, otros planetas del Sistema Solar", apunta la doctora Natalia Wojcicka, investigadora asociada del Departamento de Ingeniería y Ciencias de la Tierra del Imperial College de Londres, y coautora principal del estudio.

"En la Tierra es más fácil comprender la estructura interna de nuestro planeta observando los datos de los sismómetros ubicados en todo el mundo. Sin embargo, en Marte, sólo ha habido uno. Para comprender mejor la estructura interna de Marte necesitamos más y distribuidos por todo el planeta", apunta la doctora Wojcicka. Los instrumentos ayudarían a los investigadores a detectar más señales, proporcionando un conjunto de datos más completo para comprender los impactos tanto en Marte como en otros planetas, así como sus estructuras internas.

Según Zenhäusern y Wójcicka, los próximos pasos para avanzar en esta investigación implican el uso de tecnologías de inteligencia artificial, que ayudarán a los investigadores a identificar más eventos sísmicos y más cráteres en imágenes por satélite.

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